¡AL FÚRBO!

Ya está la gente expectante,
ya los pulsos se aceleran,
ya se agitan las banderas
y mil gargantas vibrantes
atruenan en los oí­dos.
Hay quien mastica una faria,
infartos de coronaria,
hay desmayos y vahí­dos
producto de la emoción,
pues no hay nada más bonito
que escuchar sonar el pito
y ver que rueda el balón.
¡Ay, fútbol de mis amores,
ay, balompié de mis forros!
Verdugo de mis ahorros,
causa de mis sinsabores,
de mi alegrí­a y mi pena,
pues igual que una mujer,
das un rato de placer
y luego, ciento de arena.
Mas no lo puedo evitar
si en viendo a los jugadores
campear con mis colores
me vuelvo loco de atar,
y grito, y me desgañito,
y vivo una pesadilla,
y el dí­a menos pensado
me quedo en la grada frito
y habré de ser retirado
por el recogealmohadillas.
Es que el fútbol es pasión
que no acaba en el estadio
y que se vive a diario
con el alma y la razón.
No hace falta ser astutos
para ver en un instante
que es un estado constante
y no noventa minutos.
No es una mera afición,
ni hay una oculta virtud
ni es que un club es más que un club,
¡es que es una religión!
Ved en estos nuevos templos
que por doquier proliferan
sacerdotes que se esmeran
en ser el mejor ejemplo
de nuevas generaciones,
que formarán una grey
que lleve al deporte rey
dentro de sus corazones.
El juego del balompié
es algo tan atrayente,
colorista, sugerente,
que, como al pronto se ve,
resulta una mezcla doble,
el trazo de la pintura
y el vigor de la escultura
conjugadas en el noble
deporte, que es ejercicio
de humana fraternidad,
expresión de libertad
que nos aleja del vicio.
¡Oh, alivio de mi mal,
suavizador de mis quejas,
sueño infantil que me alejas
del triste mundo real!
Escudo que me proteges
de polí­ticas, intrigas,
sobresalto y fatigas
¡jamás querré que me dejes!
Sin tu maternal amparo
¿cómo podrí­a olvidarme
de la ONU, del rearme,
la delincuencia y el paro,
de la amenaza de hacienda,
de los yanquis, de los rusos,
de polí­ticos obtusos
y el resto de la jodienda?
Por eso, mejor haré
en olvidar lo que temo
y adorar a algún extremo,
o recordar a Pelé.
Serí­a un hermoso plan
traer balones a miles
y llevarse los misiles
¡la UEFA en vez de la OTAN!
* * *Tomás Galindo ©

3 respuestas a «¡AL FÚRBO!»

  1. Nos tomaremos con humor la sobredosis que nos espera….Me parece increible que la afición se lo tome en serio…y que paralicen el mundo por un gol¡¡

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