Tres historias tontas I

Ella y él estaban hechos el uno para el otro. Tení­an los mismos gustos, las mismas aficiones, ambos eran jóvenes, decididos, inteligentes. Y guapos. Ella, una real hembra, rubia de ojos azules, piernas largas y bien torneadas y pecho exhuberante; él un morenazo con cuerpo de atleta, recio y viril. Tení­an amigos comunes que, varias veces, intentaron juntarlos para que se conocieran, porque se hací­an cruces acerca de las muchas similitudes de su carácter y lo bien que podí­an casar juntos, pero por una u otra razón ese encuentro siempre se frustraba. Los dos eran excelentes estudiantes, perseverantes, trabajadores, incansables en su quehacer; los dos tení­an un genio vivo y eran muy despiertos. Ambos habí­an ganado una importante beca de investigación, cada uno en su campo y allí­ se conocieron, en el acto de presentación, durante el clásico vino español en la facultad. Sus amigos presumí­an que allí­ se iba a producir el flechazo. No les dijeron nada, prefirieron esperar a que saltara sin interferencias ajenas esa chispa que forzosamente tení­a que brotar entre los dos apenas se conocieran.
Ambos se vieron de lejos y sí­, él nunca habí­a visto una mujer tan guapa ni con esa mirada inteligente; a ella él le pareció el hombre más atractivo que habí­a visto nunca. Se miraron, se sonrieron, se acercaron, comenzaron a hablar y comenzaron a sentir un mutuo hechizo. Coincidí­an en todo, reí­an por las mismas cosas, demostraban interés por lo mismo. Ambos pensaban que el otro tení­a la sonrisa más encantadora que jamás habí­an visto en nadie.
-Bueno, dime ¿cómo te llamas?
Preguntó él, tras un carraspeo y poniéndose nervioso por primera vez en la conversación. Ella, también dudó un poco, tragó saliva y dijo:
-Basilisa ¿y tú?
-Homobono.
Se miraron fijamente, hicieron ambos el mismo mohí­n de desprecio, dieron media vuelta y se fueron cada uno por su lado.
-«Será gilipollas… a reí­rse de su puta madre. Qué coñazo que siempre me saquen el chistecito de mi nombre, y parecí­a buena persona, para que te fí­es…»- Y se alejaron pensando cada uno exactamente lo mismo del otro…

12 respuestas a «Tres historias tontas I»

  1. Genial…de lo mejorcito que encuentro por la Red. Un abrazo desde Tampa-Florida-USA.

  2. Hoy me lo he pasado realmente bien aquí­ con sus tres historias caballero 🙂

    Le dejo besos

  3. Hola, oz, gracias por tu visita….Pues no, no me suena de nada el fragmento que has puesto,es más, no creo que se parezcan en nada…y sí­, esto de internet es un pañuelo. Un saludo

  4. HOla, Oz, jooooooo, es otra Ogigia, de veras, nada tiene que ver conmigo….Bueno, supongo que ni para los nickes somos originales. Gracias por señalármelo. Estos poemas están publicados en el Libro Jardin al mar ISBN 8492328363.

    Un saludo

  5. Digamos que del 1 al 10 un rotundo «10» decir que esas historias no pasan en la realidad pues SI SENORES SI PASA! me recordaron una experiencia TONTA…

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