Al fin, el día tan temido por ajedrecistas de todo el mundo ha llegado. Tras un despliegue técnico sin precedentes, la compañía holandesa que está en proceso de fabricar el ordenador de nueva generación «Hal 18«, bautizado como aquel mítico de «2001 una odisea del espacio», ha descubierto un sistema para hacer que sean siempre las fichas blancas, las que salen, quienes acaben ganando la partida. Dependiendo de la inteligencia del rival, las fichas negras, el sistema requiere para ganar indefectiblemente un mínimo de 214 jugadas, y no dicen el número de jugadas máximo que se necesita ya que, según los creadores de «Hal 18», nadie puede ser tan inteligente como para llegar al máximo.
Ajedrecistas del mundo entero, decepcionados al conocer la noticia, que puede convertir la supuesta batalla de inteligencias en poco más que una martingala destinada a que las blancas no se salgan de la jugada maestra que siempre gana, han comenzado a tirar la toalla, manifestando ya algunos maestros internacionales que, en lo sucesivo, piensan dedicar sus esfuerzos a juegos de auténtica estrategia, donde no pueda interferir la informática. Algunos de estos maestros están empezando a interesarse, a instancia de ajedrecistas españoles, por el castizo juego de los chinos; «Ese sí consiste en un enfrentamiento de astucia que no puede ser descifrado por una máquina«, dicen los partidarios de pasarse a esta actividad. La Escuela de Ajedrecistas de San Petersburgo está empezando a desplazar profesores a seminarios de estudio de los chinos a lugares dispersos de la geografía española, afamados por la práctica de este popular juego, como Madrid, Bilbao, y Calatayud. Sesudos catedráticos de las principales universidades estadounidenses están comenzando a animar a sus alumnos a hacer las primeras tesis y estudios sobre esta, según ellos manifestación de la astucia primigenia del homo sapiens, de la que ya hay constancia en excavaciones en Atapuerca, donde se han hallado múltiples restos fósiles de dientes trabajados, y piedrecillas ornamentales, formando tríadas.
No obstante, desde el gobierno de Euskadi, se pretende hacer de la universidad de Deusto el foco mundial del estudio de «los chinos», ya que según manifestaciones del lehendakari Ibarretxe «Los txinos, donde uno intenta ocultar al rival lo que tiene y, al tiempo, averiguar lo que el contrario esconde, mediante un juego de argucias y engaños, sólo pudo inventarlo un vasco o vasca«. Portavoces del PSE y el PP se han mostrado de acuerdo, si bien matizando que el presupuesto debería ser consensuado.
Por si no teníamos bastante con la invasión china de tiendas…
¡Anda que vaya imaginación tienes jajajjaaaa!
Holol, telol y pavol!!
yo soy de los que opina que gente tan inteligente como los expertos en ajedrez deberían dedicar sus sesos a tareas más humanitarias que la de estrujarse las neuronas pensando cómo mover una fichita para ocupar el sitio de otra. Sin embargo, el juego de los chinos… eso sí que es chachi!
Patentalo.
Un beso
Esa es la verdadera «mesa de partidas»: la de jugar a los chinos.
para que ganar?
siempre hay que ganar?
acá estamos otra vez… te lo tenía que contar 🙂
yo no lo necesito eso
Hola! saludos a todos! soy de Venezuela y me llamo mucha la atencion del sistema imbatible que se comenta en esta pagina sobre ese «metodo invencible» de jugar ajedrez. Soy de los que piensan que en esencia el ajedrez es un juego, que al practicarlo se convierte en un arte y al llevar a cabo sus tecnicas mas profundas se convierte en ciencia. Y como toda ciencia «humana» no se puede considerar como la verdad, sino cercana a ella, me parece a mi que en realidad ese metodo no puede ser 100% efectivo, dado que en el ajedrez al igual que la tercera ley de Newton si una accion es repelida por una reaccion, y si esa reaccion esta muy bien dirigida(esto es como respuesta de jugadas a las fichas blancas de ajedrez), la posibilidad de tablas es realmente muy alta. Lo hemos visto en partidas de ajedrez famosas como la de Kasparov y Deep blue o Deeper blue. si hubiera sido tan poderosa la maquina Kasparov jamas le hubiera empatado. Y se le hubiera concedido el derecho a la revancha, pero quedo patentado dos cosas importantes: 1) Que la IBM solo queria publicidad a costa de uno de los mejores exponentes del juego ciencia. y 2) Queda patentado las palabras del sabio maestro cubano Jose Raul Capablanca Graupera, cuando afirmo: «Si hubieran mas jugadores de ajedrez, con mi tecnica y modalidad de ver el juego, seria el final del ajedrez.». Esto lo dijo dado que casi siempre empataba con los grandes maestros del planeta, entre ellos Alekhine, Botvinnic, Shletter, Salomon Flohr, Euwe…