Los 40

cómo camina sonora
la niña por el sendero
cómo camina la niña
con ese andar tan ligero
lleva la blusa encarnada
lleva pantalón vaquero
la melenita morena
acunada por el viento
lleva sus cuarenta abriles
como cuarenta luceros
cuarenta rotundos años
esclarecidos y tiernos
la ves pasar y dirí­as
que granaron los almendros
la ves pasar y trasciende
que dieron su fruto tierno
aquellos cuarenta otoños
que hacen su rostro sereno
camina con paso firme
como quien sabe el secreto
que a otros se nos oculta
del amor y su misterio
suena de fondo la acequia
en las cañas silba el viento
el grillo canta en la mata
y el ruiseñor en el cielo
en el trigal se han dormido
indiferentes los cuervos
y cae la tarde a plomo
contra las tapias del huerto
la sombra va con la niña
la sombra la va siguiendo
parece que de la mano
de su sombra corra luego
y que trepa por las tapias
naranjos y limoneros
y es más alta que un ciprés
y más ligera que un ciervo
y cuando la ven pasar
paran de ladrar los perros
y murmuran las comadres
sacan de fumar los viejos
y se dicen uno a otro
qué guapa los jornaleros
qué guapa está y ya está dicha
enteramente con eso
qué gracia de sus caderas
qué meneillo travieso
qué grupa tan bien ceñida
qué vaivén tan pizpireto
y ese cuello que es un nácar
y esa cintura de fresno
y ese escote que es un mármol
y esos ojos tan inmensos
qué guapa que va la niña
con la promesa de un beso
porque a esta mujer la llevan
y la traen sin sosiego
unos ojos verdes verdes
unos ojos sin remedio
un bigote de los de antes
un besar de los eternos
un lecho de los de nunca
un amar tan a destiempo
que ha tenido que sacarse
otra juventud de dentro
dicen de él las malas lenguas
que es más joven que no es serio
que no hacen buena pareja
ella hermosa y él tan feo
y que para andar de novios
se les ha pasado el tiempo
pero nadie lo dirí­a
viéndoles arder enteros
nadie dirí­a que no
son dos niños en sus juegos
quién podrí­a imaginarse
la pasión de sus encuentros
los mordiscos las caricias
la dulzura el desenfreno
cómo después de olvidarse
han hecho el descubrimiento
cara a cara de sus almas
palmo a palmo de sus cuerpos
han desenterrado tanto
han sacado a cielo abierto
los mimos y las sonrisas
las lágrimas los te quiero
han aireado la ropa
han repintado el silencio
han puesto a secar al sol
las angustias y los miedos
y hoy va la niña cantando
bajito por sus adentros
porque le espera su novio
para comérsela a besos
va tan ligera que pierde
la cabeza y el pañuelo
y se le caen los años
andando por el sendero
y a cada paso es más guapa
y tiene un septiembre menos
que va a recibir su novio
una chiquilla de premio
corre niña que te espera
corre niña que te espero
para decirte al oí­do
cuánto te echaba de menos
Tomás Galindo ©

15 respuestas a «Los 40»

  1. QUí‰ PRECIOSURA!
    Qué maravilloso poema!

    Si lo leyese mi madre dirí­a algo como «Ma qué novio ni novio a los cuarenta años. Que vaya a trabajar y a ocuparse de su familia en lugar de andar haciéndose la piba, enamorándose a esta edad!»
    Y yo le responderí­a: «Bendito aquel de quien puede volver a soñar y a sentir como si no tuviese experiencia» (y agregarí­a un «vaffanculo» por amarga)

    Felicitaciones, Oz, amigo!
    Esto es mucho más digno que las paparruchadas de Arjona dedicando sus vergüencitas ajenas a las mujeres cuarentonas.

  2. Bueno, mi novia no es, ya me convirtió en un hombre decente… pero tampoco cuarentoña: ¡cuarentañera!

  3. OOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooh! cuando se entere mi marido te va a odiar… no lo voy a dejar tranquilo con «mira, ves! así­ se hace!…» pero no él dele con regalarme tonteras de computación… y una ya no está para desiluciones! ya pasó de los 40ta!

  4. eh! que aquí­ al padre lo lleva servidora de nuevo al altar. Recasaros, que nos lo pasamos muy bien!

  5. Tendremos que inventarnos las bodas de bisuterí­a o algo para recelebrarlo. ¡Qué bien lo pasEmos!

  6. ¿y si te casas tú Trepo y así­ eres la prota? Anda, prueba. De todas formas podemos celebrar las bodas esas de bisuterí­a ¿a los cuántos años se celebran?

  7. Salió un grillo negro de su sepultura: -Celebren la boda que yo pongo el cura…

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