Pero reconozco que es cierto el viejo dicho de que, cuando menos se piensa, salta la liebre. Cruzaba la calle rumbo al contenedor cuando, de repente, zas, recibí una impresión lunática en toda la retina.
La luna es lo que tiene, que a veces te sorprende, tan llena, tan redonda, tan suya, allá en lo alto.
ya vez cómo valió la pena el esfuerzo
Has sido recompensado