Ven que te mido el pecho, si contienes
catorce sílabas en consonante
de pezón a pezón. Que en adelante
ritmaremos mejor nuestros vaivenes.
Te he de acariciar para que suenes
de manera proparoxitonante,
como poeta culto, pero amante,
tan a tus pies (anfíbracos) me tienes.
Acaba el soneto, el haiku, la lira
Deja la poesía y hazme caso,
¿qué opinas del siguiente verso? mira:
vente a la cama, niña, échame un polvo.
Que San Juan de la Cruz desde el parnaso
seguro que te dice: «Ego te absolvo»
Tomás Galindo ®
Amén.