Él era un poeta
existencialista
que escribía ripios
en una revista.
Ella era una estatua
obra de Llimona,
que en medio del parque
quedaba tan mona.
Y cómo sufre el pobrecito
que tiene roto el corazón,
porque una amante de granito
es una gran complicación.
í‰l vuelve al parque por la noche
con gran sigilo y precaución,
y de una bolsa de aluminio
saca un jugoso chuletón.
Pone el bistec en tales partes
que no me atrevo a mencionar,
y se refrota con tal arte
que pasa lo que ha de pasar.
Allí le encontraron
en un mes de enero,
una mañanita
tirado en el suelo.
A su bienamada
estaba abrazado,
igual de desnudo
y petrificado.
Ya eran dos estatuas
y las dos yacentes,
en una postura
más bien indecente.
Nadie entendió de aquel poeta
que la quisiera de verdad.
Sólo que estaba majareta
y que era una barbaridad.
Qué sabrán amores
lo que es malo o bueno,
¡y no habrá mujeres
que merezcan menos…!
Y a quienes de esto
se escandalizaban
les diré que, encima,
a ella le gustaba.
Tomás Galindo ®
vamos si, que el muchacho estaba como una cabra, con el frío que hace en enero…
vamos si, que el muchacho estaba como una cabra, con el frío que hace en enero…
y por que no habría de gustarle?
me hiciste acordar a la canción de Serrat «de cartón piedra»
Sí, de todo se escandaliza la gente sobre todo cuando lo hace otro. Los otros siempre están locos..
Con una chuleta en semejante parte? jaja, desde luego, yo juego con las rimas pero tú es que eres un maestro… ains que asco… jajaja.
En serio, me encantan tus palabras cantarinas, pero eso ya lo sabes.
Sólo se me ocurre pensar qué haría su mamá con las demás chuletas… en fin…