Yo: friqui

Advierto al lector que los hechos que aquí se cuentan son absolutamente verídicos y que te ponen los pelos como escarpias. Lo digo para que luego si no puedes conciliar el sueño no te quejes. Es muy fuerte.
Lo cual que estaba yo que tenía que mandar un sobre con unos papeles por correo a una persona, cojo los papeles, el sobre, tuve que ir a comprar un sobre porque hace años y años que no gasto sobres (¿cuánto hace que no mando un crismas por navidad, ozú, de qué comerán ahora los pintores mancos esos que pintan tan mal pero tienen tanto mérito?) así que meto los papeles dentro y me lío a buscar en la agenda, la agenda del ordenata, claro, el apellido y la dirección de la persona a la que mandaba los papeles. Así que estaba yo con la mano en el ratón, encima del sobre, con el boli al lado, buscando el nombre… rarrerrirro… esta, calle tal número tal, distrito tal… marco el nombre y la dirección con el ratón, y le doy a CTRL+L control ele copi, y luego cojo el bolígrafo y hago CTRL+V control uve paste… ¡y no se pega! coño… no pega. Me quedo así un rato mirando el sobre ¿qué falla que no pega? ¡Hostia! ¡Que es un sobre, que estoy escribiendo a mano, con boli, rediós!
Qué corte. Ay. Sin duda mis muchos ancestros que me avisaban de que me iba a quedar tonto con las maquinicas comienzan a acertar, ya lo voy notando cómo degenero. Quién me lo habría de decir a mis años y resulta que he devenido en ser un friqui de los ordenatas.
¡Jesús, yo un friqui!
¿Qué será lo próximo? ¿Me agacharé delante del televisor a mirar por debajo de la falda de las chicas, como hacía mi padre…? ¿Se dice friqui, no?

En to’l morro

Pues mañana nos vamos a Zaragoza a ver a la familia y de sano esparcimiento, aprovechando que aún son las fiestas del Pilar ¿Estará por ahí­ mi dulce hijita de mis entretelas? Así­ podremos ir todos juntitos a cenar y a departir.
Le mandaré un esemeese mmm…
«Mañana zaragoceamos»
Respuesta, dos minutos más tarde:
«Mañana Pariseamos»
¡Grrrr….! No hay color…

Fiestas del barrio


Lo que empezó como un capricho, el hacer las fotos de las fiestas del barrio, se está convirtiendo en algo bastante más exigente. Este año he hecho una montonada, pero sólo he reservado unas pocas para meterlas en el cuadro de honor. Las que más me gustan.

Pero yo me pregunto otra cosa…

Ya no se trata de si Obama merece el premio Nobel, sino de si la paz se merece el premio Nobel. Ya no es el premio Nobel de la Paz, sino de la polí­tica. Son cosas distintas. Me temo.