Tres poemas clásicos (I)

Me lo dijeron ayé
la lengua de doble filo
que te peí­ste hase un me
en la boda de tu primo.
Otro se habrí­a extrañao,
yo, me quedé tan tranquilo,
porque es que yo te conosco
dende que éramos shiquillo
y compartiendo pupitre
supe de tu malo hábito.
Recuerdo la ve primera,
que me cogió de improviso,
era en mitá de un dictao
y me vino un airesillo
como a col y arcantarilla,
como a muerto y a podrí­o,
como a cuadra y a corrá,
que casi pierdo er sentí­o; Continuar leyendo «Tres poemas clásicos (I)»

Tres poemas clásicos (II)

Y yo me la llevé al huerto
creyendo que era mozuela,
y resultó que tení­a
un cipote entre las piernas.
Fue un viernes de botellón
y casi por compromiso
Yo le habí­a echao el ojo
al escote y al culito
que de las mujeres es
lo primero en que me fijo,
como todos, auque luego
no lo digan, yo lo digo.
Qué guapa, qué piernas, qué
tipazo y qué palmito
qué estatura sin tacones,
qué ojazos y qué morrito.
Vamos, que me hizo tilí­n
¡Y tolón tolón me hizo! Continuar leyendo «Tres poemas clásicos (II)»

Tres poemas clásicos (III)

https://youtu.be/8_hU71hZb5s

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
estaba la plancha.
¡Cuántas camisas que da pena verlas,
y los pantalones que no tienen raya!
¡Cúantas sábanas hechas un gurruño
habrás vuelto a poner en la cama!
¡Ay! Pensé, cuántas veces la arruga
me has dicho que es bella. Me engañas.
Cualquier dí­a te pego un berrido
y un ¡Coño, levántate y plancha!
Tomás Galindo ©