De puente por la Côte Basque

Toda la hermandad familiar, salvo alguna progenie, nos dimos cita en un encantador hotelito de Biarritz, el Château du Clair de Lune, que no sólo tiene bonito el nombre, sino todo lo demás también, como se ve en las fotos. Un lugar de esos que sólo en Francia puedes encontrar.
Se daba la circunstancia de que era la primera vez que los cuatro hermanos vacacionábamos juntos, y aunque sólo hayan sido tres dí­as nos lo hemos pasado muy bien. Las tres cuñadas hicieron piña para mantener a raya a los hombres y nos portamos bien y fuimos muy formalitos (como siempre, por otra parte).
Estuvimos dando paseos por Biarritz, y aprovechamos para ver su acuario; pasear por los bulevares y las calles céntricas, tan coloridas y animadas, y aprendimos a comer los pequeños mejillones a la manera francesa, usando uno de pinza para sacar otro (qué bien se come en Francia).
Otro dí­a fuimos a la playa en Capbreton, donde habí­a unas olas gigantescas a cuatro metros de la orilla. La playa conserva búnquers de cuando los alemanes, aunque alguno ya está de lado o boca abajo, y las olas chocan contra ellos de forma muy llamativa. Una playa en la que la marea sube o baja cien metros o más en dos horas y cambia por completo su perspectiva.
Cenamos en Bayonne al lado de la rí­a tras pasear por uno de sus parques, lamentablemente ya era muy tarde y no pudimos ver mucho más.
Y para despedirnos pasamos por Anglet, donde aprovechamos para acudir a su mercado dominical. Los franceses también en esto van un paso por delante de nosotros y tiene espléndidos puestos móviles, con toda clase de productos, incluso pescado muy bien refrigerado y mantenido. El queso muy rico, doy fe.

De puente por Asturias

Cómo nos gusta ir de puente, vacaciones, fin de semana o lo que podamos a Asturias, seguramente donde están los más bonitos paisajes de España, o al menos buena parte de ellos. El caso es que el pasado fin de semana allá que nos fuimos, a un hotelito que averiguamos casualmente cerca de Celorio, el Arredondo, que está perdido entre prados y montes, sin nada en derredor suyo, y con la playa a cinco minutos en coche. Tranqulidad, mar, y verde, mucho verde.

Dí­a del orgullo gay 2009

RETRATOS:

REPORTAJE:

Este año no nos lo hemos perdido, allá hemos ido Manu y yo provistos de sendas cánones a tirar fotos a troche y moche. Ya estuve hace dos años y me quedé enganchado con el colorido, la alegrí­a y la desenvoltura de todo el mundo. Y el gusto que da ir a una manifestación que es una fiesta y no un asunto lacrimógeno.
El segundo álbum es un primer reportaje, así­ grosso modo, pero el primero es donde está el trabajito fino con el fotosop, poco a poco, porque muchas fotos se merecen un mimo especial. Y es que disparar la foto sólo es la primera parte, la segunda cuesta más.

Paseo por Bilbao

Domingo por la tarde, hací­a fresquito, nubes y cielo encapotado, pero por el que asomaban rayos de sol que se agradecí­an mucho, sobre todo tras una mañana ventosa y desapacible. Así­ que, qué caray, vamos a dar un paseo me dice mi personal coach, y a ello que nos ponemos. Vamos por la orilla de la rí­a, por lo que fue el muelle y hoy paseo de Uribitarte, muelle de los ingleses, otrora, me dice, campo de chabolas, hasta el puente de Deusto. Allí­ entramos en un horroroso centro comercial, un casetón cuadrado que apesta a cerrado y a fritangas macdonelescas y, donde aunque apenas hay gente, hay un ruido insoportable, porque está especiamente diseñado para que reboten todos los sonidos contra sus marmóreas paredes. Me fijo en que tiene puentes entre unos y otros lados, que semejan a los del colegio de Harry Potter. Un horror. Salimos despavoridos y pillamos el bus de regreso a casa. Anda, la tira de años aquí­ y es la primera vez que paso a pata el puente de Deusto.
En premio a lo bien que me he portado me compran kikos (maí­z tostado y frito) y pipas. De girasol, otro dí­a me portaré mejor a ver si me las compran de calabaza.