Sic transit gloria coches

Llamada telefónica 1:

– Papá, papá, que como soy tan buena, me podí­as regalar un coche ¡el tuyo por ejemplo! Y te compras otro.

– Glups.

– ¡Gracias papi, sabí­a que entenderí­as mis nuevas necesidades kilométricas! ¡Qué bien, qué bien, ya soy autónoma!

– Esteee…

Y allá que se fue ella con su (mi) leoncito querido, Peugeot 206, que era una maravilla y no conocí­a el taller. Ay, qué tiempos. Vedlo, ahí­, a la derecha, todo nevadito, qué lindo.


 

Llamada telefónica 2:

– Hola papi.

– Hola hiji.

– Esteee… que he plegado el coche, siniestro total, acuaplaning, zas, tortazo, piedros debajo, chof dirección, chof patapún motor, catacrás chasis…

– Glups.

– ¡Pero yo estoy bien, eh, yo estoy bien! !Qué suerte! ¿A que sí­?

 

– Puesss que no merecí­a la pena arreglarlo, estaba muy viejo. Linda se habí­a comido la tapicerí­a. Habí­a miguitas. Y tal. Así­ que me he tenido que comprar otro, uno nuevo, mejor que el tuyo.

 

 Por lo visto conduce como yo, porque se ha pegado el mismo tortazo que me pegué yo, en el mismo sitio, y también con un coche (Ford Scort) a la chatarra… ¡pero que me venga presumiendo de que tiene un coche mejor que el mí­o! ¡Ja! ¡Amos, anda! ¿Eso de quién lo habrá aprendido?

¡Gracias Zaragoza!

¡Gracias, gracias! ¡Qué emocionado estoy! Tení­a que ser en mi pueblo, cuna del cinematógrafo español, donde por fin se ha hecho justicia al octavo arte. Veo con el corazón transido de gozo que se han abierto las siguientes calles nuevas en esta ciudad:

Calle de Cantando Bajo la Lluvia
Calle de Sombrero de Copa
Calle de Gatopardo
Calle de la Linterna Roja
Calle de los Siete Samuráis
Calle de La Diligencia
Calle de Los Puentes de Mádison
Calle de Veracruz
Calle de Manhattan
Calle de Con Faldas y a Lo Loco
Calle de Una Noche en la í“pera
Calle de La Ventana Indiscreta
Calle de Belle Epoque
Calle de Volver a Empezar
Calle de Todo Sobre Mi Madre
Calle de Calabuch
Calle de Luces de la Ciudad
Calle de La Quimera del Oro
Calle de El Halcón Maltés
Calle de La Reina de África
Calle de Los Pájaros
Calle de El Ángel Azul
Calle de El Expreso de Shangai
Calle de El Doctor Mabuse
Calle de Un Perro Andaluz
Calle de Viridiana
Calle de El Acorazado Potemkin
Calle de La Gran Ilusión
Calle de La Caza
Calle de Mi Tí­o
Calle de La Atalanta
Calle de El Tambor de Hojalata
Calle de El Maquinista de la General
Calle de La Prima Angélica
Calle de Furtivos
Paseo de Los Olvidados
Avenida de Casablanca
Además, al ladito tienen la Avenida de la Ilustración, la Calle de las Bellas Artes y el Parque de La Razón.
¡Las lágrimas se me saltan!

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(Esto me recuerda que no hace mucho estuve en Rubí­, paseando por la Calle del Atletisme, del Fútbol, del Hoquei, del Tennis, de la Halterofilia, del Ciclisme, de la Pilota Basca, de la Natació, y de la Petanca… no está mal, pero no es lo mismo, eh)

Mis Goyas

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Yo los considero mí­os, durante un mes casi lo fueron. Trabajaba yo en una gran empresa, hoy desaparecida, que tení­a una fundación y era propietaria de cuadros de gran valor, entre ellos estos dos de Goya. Un buen dí­a se le iluminó a alguien la bombillita e ideó hacer una exposición en el sótano de la casa con lo mejorcito de su pinacoteca, habí­a algún cuadro de Viola, Rusiñol, Sorolla, y estos de don Paco. Un mes estuvieron expuestos en ese sótano, muy elegante para la circunstancia, de nueve a dos de la mañana, luego se cerraba. Y al cerrar al público bajaba yo allí­, ya que en el mismo sótano, contiguo a la exposición habí­a una puertita que daba a la biblioteca de la empresa, de la que era bibliotecario titular de dos y cuarto a tres de la tarde este que suscribe.
Naturalmente, no hubo biblioteca más desatendida durante ese mes. Me pasaba los ratos muertos mirando los cuadros, todo el sótano para mí­ solito. De cerca, de lejos, de refilón, a un centí­metro. Junto a estos habí­a también un jardincillo de Rusiñol, que no he localizado, en que te sumergí­as si lo mirabas cinco minutos, y que también de cerca parecí­a una viñeta de cómic y de lejos una fotografí­a exacta y detallada. Me aprendí­ esas pinceladas gorrrrdas de Goya que de cerca parecen un manchurrón y de lejos se transforman en un botón, en un labio, en un ojo. Hay una sombra en una manga que es un único brochazo que parece hecho a mala leche, luego te separas y cobra color, intensidad de luz, naturalidad, vida. No las toqué ni se me ocurrió, aunque bien podrí­a haberlo hecho, las miraba con admiración, con emoción, con la baba caí­da.
Las caras de esos dos personajes te dicen cómo son, hasta el perrico está retratado con su carácter además de con su colita mocha y su hocico brillante. La empuñadura de la espada de don Pantaleón es un auténtico churro a menos de un metro, la espada en sí­ son cuatro pinceladas inconexas, ni siquiera son rectas, pero te alejas y ahí­ está la espada que adquiere peso y contundencia y brillo y carácter de espada de relumbrón. Las hombreras son, de cerca, realmente indescriptibles… cualquier cosa; y el pelo… parece que se volvió loco limpiando el pincel en el lienzo, pero luego se ven distintos cabellos, reflejos, volumen, hasta se adivina el viento que los ha despeinado.
Cada vez que me encuentro con una foto de estos cuadros en cualquier lugar me dan ganas de decir: Mira, mis Goyas.

Mapa de Barcelona en platos

A veces vamos a cenar a un restaurante coqueto y tranquilo que hay en la Gran Ví­a con Rocafort y se llama La Clara.
Bajando al comedor del sótano puedes mirar este espléndido mural, una bonita foto de platos, pero si lo observas con atención verás que es un mapa de Barcelona, donde cada plato representa un punto geográfico de la ciudad. Me dijeron unos cuantos pero se me han olvidado, sólo tengo presentes los más evidentes, aparte del plato vací­o con el nombre del restaurante en su situación. El mapa se mira desde abajo, la parte alta de la ciudad, hacia arriba, el mar. Yo tengo indentificados el propio restaurante (evidente), la Plaza de España, La Sagrada Familia, Colón, Canaletas y la Torre Agbar.
A ver si alguien me ayuda y voy situando más puntos en este curioso mapa donde la gastronomí­a se junta con la geografí­a, la historia y la tradición.
Pinchando sobre la foto se puede ver en grande, y luego se puede pinchar sobre los platos para ver los que tengo localizados.