¡A la mierda Greenwich!

Estoy hasta las narices de pasar por la autopista A2 desde Barcelona a Zaragoza, o viceversa y encontrarme un cartelón que anuncia que llegamos al arco que indica el paso por el meridiano de Greenwich ¡qué tonterí­a!. Esa rayita simbólica pasa por entre Bujaraloz y Candasnos, en plena comarca de Los Monegros ¡que no sólo es castiza y española sino también la estepa situada más al sur de Europa!
¿A qué viene que nosotros le llamemos de Greenwich? ¡Me niego! Para mí­ es el Meridiano de Los Monegros. Para no ponerme tozudo accedo, incluso, a llamarlo Meridiano de Alicante, que también pasa por allí­ y, al fin y al cabo, es la ciudad de mayor importancia de las que roza en España (bueno, cerquita cerquita). Pero vamos, para mí­, lo dicho: Meridiano de Los Monegros… ya lo tengo apañado…

Un ataque de filosofí­a (qué mal rato…)

Mi mujer me mandó a freir espárragos, y allí­ que me fui yo con mi atado de espárragos trigueros, qué ricos, a freirlos para hacer un revuelto con huevo, que nos gustan mucho. Me salieron estupendos, uno tiene buena mano con la cocina, pero resulta que tení­an efectos secundarios. De pronto me acometió una duda existencial que hice patente pregunándole:
-Cariño ¿quiénes somos, a dónde vamos, de dónde venimos?
Y ella, se ve que presa también de angustia vital me contestó.
-Yo sólo sé que no sé nada.
-Pero yo pienso, luego existo.
-Conócete a ti mismo.
-¡Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento!
-Qué absurdo es todo esto, y no habiendo una finalidad, un sentido inmanente a la vida, sólo queda postular la libertad como el eje sobre el que se ha de articular la existencia humana.
-¡Eso, mens sana in córpore sano!
De repente fuimos conscientes de que algo grave nos estaba pasando.
-¿Qué te pasa, por qué tienes en la mano la «Crí­tica de la razón pura»
-¿Y tú dónde vas con «El espectador» de Ortega?
Y exclamamos al uní­sono.
-¡Oh, cielos, qué nos sucede!
-Esto tiene que ser algo que hemos comido.
-Pues como no sean los espárragos.
Fuimos rápidamente a ver los espárragos y entonces lo comprendimos todo ¡nos habí­amos comido los espárragos filosóficos!

-Con razón nos tienen que sentar mal
-Y suerte tendremos si no nos dan vómitos, diarreas o un cólico.
-Mira que te digo que hay que mirar bien las etiquetas, las fechas de caducidad, los ingredientes… que no le echan más que porquerí­as a lo que comemos.
-Anda que unos espárragos filosóficos, cómo van a sentar bien, a quién se le ocurre.
-La filosofí­a sirve para entristecer…
-…como dijo Nietzsche.

Gracias, de nada.

Ayer estaba esperando el autobús, y en esto que paró uno de otra lí­nea delante de mi. Se puso a bajar una moza gorda con un cochecito de niño, y no podí­a agarrarlo bien, así­ que lo cogí­ yo desde fuera y la ayudé, dejando el cochecito en la acera.
No es que no me diera las gracias es que ni me miró con simpatí­a ni nada. Cero. Ni un gesto.
Rediós. ¿Qué le pasa al personal, que va por ahí­ sin preocuparse por los demás, sin verlos, sin pensar en nadie más que en uno mismo?
Esta mañana, también en el autobús, se bajan dos ancianos, ella muy impedida y con bastón, el marido ayudándola. El conductor ha hecho descender el lado derecho del coche para que la mujer pudiera bajar más fácilmente. El marido ha ido hasta la puerta y le ha dicho eso tan bonito de: -«Gracias, muy amable», y el conductor ha respondido con aquello otro no menos bonito de: -«No hay de qué.»
Pero lo peor de todo es que me afecta. Vaya que si me afecta, porque ahora la próxima vez que vaya ayudar a alguien primero me fijaré en si me mira y en si me sonrí­e, y como no me ponga cara agradable le va ayudar su puta madre.
Que hay que salir educado de casa, oiga.

La Historia ha acabado

¡A la mierda la historia!
La historia ya no es lo que era, en realidad nunca ha sido lo que era, en realidad nunca ha sido lo que pasó (pero eso es otra historia). A lo que voy es a que ¿para qué sirve estudiar historia? ¿por qué concedemos tanta importancia a la historia? ¿realmente la tiene? No, no sirve para nada, y le damos una importancia desmedida. Vaticino para los estudios de historia el mismo futuro que para los de arqueologí­a, paleontologí­a y otras antiguologí­as, quedarán para cuatro pirados especialistas, y no será una asignatura de las que se dan en los colegios.
Y es que la historia ha sufrido un cambio trascendental. Desde hace cuarenta o cincuenta años, que es nada en el transcurrir del tiempo, se ha hecho, dicho, escrito, vivido, grabado, televisado, filmado, interneteado, wikipediado, más historia que en los seis u ocho mil años anteriores juntos. ¡Y es que hay mucha más gente, pasan muchas más cosas, y se conocen! Si hay expertos en historia antigua, o en prehistoria, estos expertos tienen mucho menos que estudiar que los expertos que estudien sólo el año 1998, por poner un ejemplo.
También puede ser que la historia quede para la historia (claro) en «aquello que pasó hasta la segunda guerra mundial poco más o menos», y que de allí­ en adelante ya no se llame historia sino otra cosa, o que se haga una distinción y se hable de historia y e-historia, para referirse a esto otro, a lo que pasa dí­a a dí­a, que nos devora, que nos inunda, que nos pasa y nos traspasa. ¡Quién es capaz de estudiarlo!
Aparte de estas disquisiciones filosóficas acerca de la acumulación ingente de historia de un dí­a para otro, lo cierto es que la historia ha perdido importancia. Admito que hasta hace un par de siglos, el pasado marcaba a las gentes y las civilizaciones; se estudiaba latí­n, las guerras púnicas, el concilio de Trento, y los mandamases del imperio austrohúngaro (fuera lo que fuera aquello) ¡pero ahora todo eso no importa! ¡no nos influye! Ya nos hemos olvidado de que los franchutes nos invadieron y la Virgen del Pilar tiene página web. La historia ya no nos influye, ahora nos influyen más los chinos o los japoneses que lo que le pasó a nuestros abuelos, y no digamos a nuestros bisabuelos. Verbigracia que aquí­ hubo hace mucho una guerra civil, eso es cosa que marca mucho, ok ¿seguro? ¿nos marca más la guerra civil del 36, que forma parte de nuestra historia, o la intifada, que es una cosa de allí­ lejos entre unos que no somos nosotros y otros que tampoco?
Una pérdida de tiempo es hacer que los chicos estudien historia, eso va a quedar para especialistas, para que luego no metamos a Billy el Niño en una de romanos, y poco más. Y todos aquellos a los que les gusta la historia no son más que espectadores de un gran hermano para intelectuales. Va a pasar con la historia como con el cálculo, que ahora no se calcula, todo el mundo usa calculadora, pues igualmente, cuando necesite saber algo de historia, echará mano de la wikipedia, para qué perder horas en memorizar, al fin y al cabo la asignatura esta es de memorizar ¿no dicen que no es bueno estudiar memorizando?, no es como un estudio cientí­fico donde haya experimentación y descubrimiento (salvo que descubras otra momia) y avance en lo social o lo técnico.
A la mierda la historia, cambiemos esa tonta asignatura por algo realmente útil, como «conocimiento de las costumbres de los pueblos», o «sexologí­a», pero de verdad, que falta hace.

Quedo a la espera de que algún listo me venga con eso de que «los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla», que es una frase muy linda, pero tonta y falsa, a ver si es tan listo de ponerme un ejemplo, a favor o en contra, que la certifique.

El año nuevo era esto…


No nos engañas, 2008, te tenemos muy visto, eres el de todos los años pero con la matrí­cula cambiada, ja, aún no nos hemos recuperado del sorbete de cava cuando ya andamos agarrándonos del moño con las competidoras en las rebajas; luego habrá que subir la larga cuesta de enero y llegar al árido febrero a que nos dé la puntilla, todo esto haciendo acopio de fuerzas para sobrevivir a la semana santa más larga que vieron los siglos, y por tanto la más cara, la más liosa, la que ya vista desde aquí­ impresiona, ahora vamos de evento en evento, suspirando para que pase el tiempo cuanto antes, no nos gusta nuestra vida y necesitamos algo que la rompa, vamos de navidad a semanasanta, de ahí­ a vacaciones de verano, las fiestas del pueblo, la vuelta al cole, y nuevamente a la navidad, con los (además) intermedios de los puentes, el del 1 de mayo, el de todos los santos, el de la consti, lo que sea, oiga, con tal de que la semana pase pronto, el mes pase pronto y santa nómina bendita caiga en viernes, amén, y buscando otras cosas, otros momentos que nos saquen del sopor/pavor, que gane la liga nuestro club o que lo pase muy mal y vayamos con el culo prieto hasta el último partido, que haya elecciones, ah ¿que este año hay? bueno, algo es algo, y olimpiada, que siempre es lucido eso de ver a nuestro marchador o nuestro corredor de maratones soltar la lagrimita con el himno mientras sube la bandera, mientras hay vacaciones en el fútbol, y encima eres bisiesto, jodido, eres bisiesto y tendremos que trabajar un dí­a más sin que nos lo paguen aparte, no nos engañas, 2008, te tenemos calao.
Qué lindo estoy yo posando con cuatro de mis regalos…