Logo de Ejpania

No me gusta nada el logo que ha ganado el concurso ese del logotipo del gobierno, o sea, este:

Pero como no sirve de nada lamentarse y dejarlo así­, he decidido pasar a la acción y hacerle yo a los señores gobernantes un logotipo de Ejpania como dios y la santa madre iglesia mandan ¡que ya iba siendo hora de que tuviéramos una enseña o ensenya o ikurriña que contuviera lo más representativo de nuestras raí­ces vernáculas y nuestro acervo popular! ¡Ea!

Así­ que sobre la base del escudo oficial que tanto mola mola tanto, y los colores patrios, he compuesto un logotipoescudobandera de-fi-ni-ti-vo. Habrá un antes y un después en la representación gráfica de lo español gracias a este mi logotipo, donde reside la esencia de nuestra personalidad.

En el centro el balón con los tres claveles, en vez de flores de lis, sí­mbolos de la flor española por antonomasia sobre su fondo natural. Primer cuartel: ladrillazo sobre pared de ladrillo, sí­mbolo de nuestra pujante industria. Segundo cuartel: Tí­a Marí­a con Toro de Osborne, sí­mbolos de reciedumbre carpetovetónica. Tercer cuartel: Xamarreta blaugrana con barretina, sí­mbolo de diversidad cultural. Cuarto cuartel: Butanero, sí­mbolo del hombre activo y trabajador pero alegre y macho, muy macho; Centro abajo: oliva aceitosa sobre guitarra, sí­mbolo de nuestro nutriente básico y la alegrí­a que nos proporciona degustarlo. Corona: Boina con cruz de la Macarena. Columna izquierda: Pierna de Elsa Pataky, con tortilla de patatas en la cumbre. Columna derecha: Pierna de Raúl con paella en la cumbre. Orlas: Escote de jamona; jamón de Jabugo; porrón de morapio; nuestras Faraona y Jurado que guardan a Ejpania desde los cielos; ruedo que simboliza nuestra unidad, y culamen de real hembra.

Creo que está clarito. ¿Dudas? ¿Análisis?

Oficios de ayer


Máquina de coger puntos a las medias, para arreglar las carreras y los enganchones.

Amodorrado en la cama me ha dado por pensar en la blandura del colchón de látex tan cómodo que tenemos, y tan limpio y aséptico y enemigo de ácaros y demás bichos, y por contraposición, he recordado cuando mi abuela llamaba al colchonero, un par de veces al año, para varear la lana de los colchones, descoserlos, airearlos, y mullirlos. ¡Y nos parecí­an en summun de la comodidad! Y tras el desaparecido oficio de colchonero me han ido saliendo otros que veí­a en mi infancia y que, afortunadamente, fueron pasando a la historia con más pena que gloria. Requiescat, gorigori y tal para ellos.

El colchonero
Vení­a una o dos veces al año, solí­an ir por parejas y ser mozos fornidos que voceaban su oficio por las calles. Cuando las mujeres les llamaban y concertaban un precio, extendí­an unas mantas cuarteleras sobre el suelo, y en ellas extendí­an uno a uno los colchones. Cogí­an un colchón, lo descosí­an, extendí­an la lana y la vareaban con largas varas de fresno hasta que se mullí­a y ahuecaba. Luego volví­an a coser el colchón, poní­an la mano y hale, hasta la primavera próxima.

El trapero
Andaba por las calles llevando a mano, o con una bicicleta, un remolque en el que iba amontonando trapos viejos que compraba de casa en casa.
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Mis siete maravillas

Aquello de las siete maravillas procede de la antigüedad clásica (cómo me gustan las palabras con güe…) y no era algo elegido democráticamente, no, sino algo que habí­a nacido de forma espontánea, siete maravillas que eran siete verdades absolutas como los evangelios, el teorema de Pitágoras y el valor del euro. Creo recordar que correspondí­an a siete grandes, o bellas, o ambas cosas, construcciones, a saber: El templo de Diana en í‰feso, queda una ruina; las pirámides en Egipto, es la que mejor nos ha llegado; los jardines colgantes en Babilonia, que aún queda algún ladrillico y los irakí­es se los venden a precio de oro a los marines yanquis; la estatua de Zeus en Olympia, del mismí­simo Fidias, tallada en marfil y fundidos en oro, que se la ventilaron los cristianos fundamentalistas y sólo nos quedan descripciones y alguna imagen (mala) tomada en monedas antiguas, como esta de Alejandro; la torre iluminada de la isla de Pharos en Alejandrí­a, también sólo descripciones y alguna imagen en monedas; la estatua del Coloso en Rodas, que poní­a una pata en cada una de esas dos columnas y los barquichuelos entraban al puerto por debajo, también quedan descripciones y una moneda con la cara que tení­a el personaje; y la tumba de Mausolo en Halicarnaso, de la que tampoco quedan sino piedros y algún grabado descriptivo.

¿Por qué se toma como maravilla únicamente a los portentos de la arquitectura combinada con ingenierí­a o escultura? Seguramente porque los antiguos no veí­an casas grandes ni obras del hombre que tuvieran grandes dimensiones, se hací­an ellos mismos sus casillas y sufrí­an la de dios para que no se les cayera el tejado, y claro, esas magnas construcciones los dejaban con la boca abierta. A mí­ no me maravilla más una obra de arquitectura que un cuadro o una buena pelí­cula, esa es la verdad, y no veo por qué las pirámides sí­ son una maravilla y Rigoletto no. Tampoco veo tan maravillosa la Alhambra, a mí­ me gusta bastante más la mezquita de Córdoba.

Así­ que me he decidido a publicar urbi et orbi mi particular concepto de la maravilla. Estas son mis siete maravillas:

1ª  El camino llano

2ª  El asiento a la fresca

3ª  El café

4ª  El huevo frito

5ª  El libro

6ª  El vaquero

7ª  El chupete

¡Ay, qué agustito me he quedado!

Controlando

Ayer, al ir a comenzar la sesión de tarde, tras la comida, en el Congreso de los Diputados saltó la sorpresa al encontrarse sus señorí­as, a la entrada del hemiciclo, con un puesto de control de alcoholemia de la Guardia Civil.

-A ver, señorí­as, por aquí­, por favor, un momento – decí­a el cabo comandante del puesto – han de pasar ustedes un control de alcoholemia.

-¡Pero qué es esto, qué tonterí­a, qué disparate! – decí­an algunos diputados, conforme los guardias los iban poniendo en fila -.

-Señorí­as, por favor, guarden orden, enseguida acabamos – decí­a una guardia muy amable –

-¡Esto sólo puede ser una maniobra de la oposición para crisparnos! – decí­an los del gobierno -.

-¡Esto es un abuso de autoridad por parte del gobierno! – decí­an los de la oposición–.

-¡Precisamente hoy que han venido mis parientes de Cariñena…! – decí­a Labordeta -.

Uno de los guardias tuvo que explicarles que se limitaban a cumplir órdenes de Tráfico y del Consejo Superior de Deportes, que habí­an coordinado una serie de operaciones para controlar tanto la ingesta de alcohol, como las sustancias dopantes o estupefacientes que pudieran haber consumido los miembros del gobierno y los diputados y senadores. Y que lo próximo iba a ser hacerles análisis de orina y sangre por sorteo tras cada votación, y como den positivo se les retirará el voto y se les suspenderá ¡No nos vamos a poner severos con los ciclistas y en cambio dejar que nuestros gobernantes vayan colocaos!

-Disculpe, señor diputado, da su señorí­a dos rayas más de lo permitido, tendrá que retirarse o esperar aquí­ a que se le pase el efecto de alcohol, no puede entrar así­ al Congreso.

El diputado, abochornado, se esfumó por los pasillos.

-Claro, si es que van como van y luego votan lo que votan, qué vergüenza – apostillaron unas señoras de la tercera edad que habí­an ido con el Inserso de visita a las cortes, al ver aquello – ¡No poder conducir un coche y querer dirigir una nación, qué vergüenza!

Lo mí­o con Scarlett

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Sé que estás buena, Escarlata,
más que la Venus de Milo,
una chica con estilo,
una mirada que mata.
Qué palmito, qué espetera,
qué canalillo que luces.
Cómo negar que seduces
siendo mujer de bandera.
Mas no te hagas ilusiones,
lo nuestro no puede ser
son sabios los corazones.
Y ya puestos a escoger,
por un millón de razones
yo prefiero a mi mujer