Acabo de acordarme de que hace como cuarenta años que me compré este jersey en el Corte Inglés de la Plaça de Catalunya. Y ahí está, tras mil lavados y muchísmo uso, como el primer día… ¡yo también! Sí, sí, cuarenta, o más.
La alfombra majica
Feliz cumpleaños, le dije a mi querida alfombrilla al poner mi mano sobre ella esta mañana. Qué de añitos ya juntos, parece que fue ayer ¿recuerdas? cuando te me regalaron al comprar mi ordenador, aquel ordenador con el sistema operativo 3.11 de windows, aunque pronto lo reemplacé por el maravilloso 95. Lo que sí recuerdo fue que era en el mes de abril, el año no ¡no se puede estar en todo!
Qué de aventuras juntos, navegar por el proceloso océano internáutico, descubrir los procesadores de texto y los de tratamiento de gráficos, aquel Corel que hacía la competencia a Photoshop, las primeras páginas web… Cuánto has tenido que padecer a mi lado, golpes de ratón cuando me enfadaba, vertidos de cerveza (sin) y de té, manchurrones de chorizamen, tortillas varias, salsas, refregones con quesos, cruasanes mantequillosos y helados goteantes. Ah.
Otro ya te habría cambiado por una nueva, incluso me regalaron algunas, pero yo me resisto a no verte, como siempre, ahí, haciéndome el callo en la muñeca derecha. Como dios manda, y por muchos años.
(Nota: recordar escribir un artículo sobre el jersey Levys que compré en 1980, que está como nuevo ¡y me vale!, otro sobre la silla sobre la que me siento desde 1982, ah, y sobre el par de gafas Rayban que compré en el 77…)