Vacaciones 2006 (1)

-He descubierto un lugar
que aunque no venga en el mapa
está en la zona más guapa
que puedas imaginar.
-¡Ya me lo puedes contar!

-A Noia y Porto Do Son
te acercas en un pispás,
y todo el camino vas
de emoción en emoción,
de Muros a Corcubión.

Qué bosques y qué verdores,
qué azules son estos mares,
qué paisajes tan dispares,
qué paleta de colores
pintando tantos primores.

Cómo se come y se bebe,
en Padrón unos pimientos…
qué mariscos suculentos,
y un ribeiro que se atreve
con el pulpo y el percebe.

-¿Y encima se come bien?
-¡No creo que pases hambre.
La Pesquerí­a del Tambre
es para comer fetén.
Los demás sitios… ¡también!

-¿Y el indí­gena cómo es?
-¿El gallego? Hospitalario,
es amable y voluntario
si sufres algún revés
siempre te ayuda cortés.

-¿Y cómo son las mujeres?
-¡Son una barbaridad!
¡Qué hermosura, qué beldad,
el mayor de los placeres
es verlas por donde fueres

con ese andar que te mece.
Lo mejor de todo el viaje
no es el comer, ni el paisaje:
¡la mujer! Que hasta parece
que lo demás desmerece.

-¿Y el tiempo, qué tal? -Según.
Qué mujeres… ay, amigo…
-¿Y el tiempo? -Pues ya le digo…
y unos ojos… y unas… y un…
Te miran y te hacen ¡pun!

-Vale, vale, ya entendí­.
¿Y el centro dónde me pilla
de toda esa maravilla
y ese paraí­so. Di.

-Hombre, muy fácil. Aquí­:

La Pesquerí­a del Tambre
Tomás Galindo ®

Programa de intercambios escolares


El Colegio Mentesana oferta su Programa de Intercambio de Niños para el próximo curso. Los intercambios tendrán como mí­nimo de un mes a todo un curso de duración, coincidiendo con el curso escolar. Estos intercambios tendrán lugar entre niños y niñas de edades comprendidas entre los once y diecisiete años, que pasarán ese tiempo albergados por familias en el extranjero que, a su vez, enviarán sus hijos a España. Con este intercambio se pretende que los niños tomen contacto con mundos distintos y se aclimaten a culturas sensiblemente diferentes, con todo lo que conlleva en cuanto a aspectos que van más allá de lo meramente pedagógico, como son el trato familiar, horarios, comidas, ocio, etc.
Estos intercambios se realizan con niños de Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Costa Rica, Santo Domingo, El Salvador, y otras naciones del centro y sur de América y, en ellas, con los ámbitos más desfavorecidos de la sociedad indí­gena, por lo que los mimados niños españoles aprenden a valorar comodidades y privilegios que dan por supuestos en su vida habitual, tales como comer a diario, llevar calzado, tener libros para estudiar, y maestro y gozar de horas de asueto en vez de trabajar. Estos intercambios están muy recomendados para niños dí­scolos, soberbios y desobedientes, y el objetivo que nos marcamos es que regresen a sus casas llamando a sus padres de usted, estudiando y comiendo verduras y lo que les echen. Además de este llamativo cambio educativo en los niños, los padres también gozarán de un merecido descanso al tener a su lado a niños atentos, serviciales y agradecidos mientras dura el intercambio.


Para casos especiales de niños extremadamente rebeldes también hacemos intercambios con algunas naciones de África y Asia, en las que, incluso, se enseña a los niños un oficio, tal como coser zapatillas deportivas, extraer minerales, o pescar a pulmón, siendo los alumnos hábilmente espoleados por sus maestros por medio de incentivos fí­sicos simples, como comer, dormir, o dormir solos. Estos últimos cursos garantizan un 100% de efectividad en los niños supervivientes.
Si quiere que sus hijos tomen en serio sus estudios, si quiere que valoren debidamente las comodidades que les rodean y que Ud. tan dura y trabajosamente ha conseguido para ellos, si quiere educarlos en un clima de respeto y esfuerzo de cara a su porvenir, no lo dude más: confí­enos la educación de sus hijos a través de nuestro Programa de Intercambio Escolar Mentesana.
No lo dude, nuestros mayores tení­an razón: la letra con sangre entra.
Nuestro lema es MENS SANA IN CÓRPORE INSEPULTO.

Jugando al tetris (y esperando)


Aún recuerdo no el dí­a, pero sí­ la sensación, de cuando mi hija dijo que se iba ella sola al cole ¡qué mayor! Allá que andaba ella con su cartera y su gorrito de lana, y cómo yo esperaba luego a que volviera a casa y me preocupaba si tardaba (aquella tarde que la puta de la profesora castigó a toda la clase, la guarra, yo me subí­a por las paredes).
Hoy estoy sintiendo algo muy parecido, espero a mi hija, la señora doctora al volante de su automóvil, venga desde donde vive (300 km) hasta mi casa, preocupado por la autopista y tanto loco que por ella pulula. ¡Hija mí­a no corras!
La reflexión es que no hay remedio, uno se preocupa siempre por los hijos, se es siempre padre, no caduca el oficio (La paternidad es un ejercicio kamikaze; mi madre dice que, en realidad, los hijos empezamos a dar problemas a los treinta).
El tetris va muy bien para los nervios, aquí­ mi señora, con un cigarrico y un tetris se pasa el rato «desconectándose» de su ajetreada vida. Mi hija cuando llega me toma el relevo y yo respiro tranquilo e inmortalizo el momento.