Recordando a los Hermanos Tonetti

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No sé por qué (misterios de la mente y sus extrañas ligazones con las imágenes televisivas), viendo en la tele un reportaje sobre la vida de los inmigrantes, y sus muchos padeceres y miserias, me vino a la mente una entrevista también televisiva a ese gran payaso que fue Pepe, el mayor de los Tonetti. En la entrevista le preguntaban por su hermano Manolo y, recordándolo con cariño, dijo de él que tení­a una faceta que desconocí­a el público, y era la de su visión seria y llena de humor de la sociedad. Una faceta que era sin duda clave de su éxito, ya que en su espectáculo era habitual que nombrara y sacara jugo cómico a las noticias locales de allí­ donde estaban con su circo, y que era lo que enganchaba al público mayor de edad. Pero los tiempos no estaban para crí­tica social (menos por parte de payasos) y se limitaban al chiste blanco. Pepe, en esta entrevista contó un chiste de su hermano, con real admiración, que es espejo y relato de un tiempo afortunadamente pasado, reflejo de hambres y miserias y poquedades, y que es lo que ahora hizo que alguna de mis neuronas, viendo el reportaje de los inmigrantes, enganchara con aquella otra que atesoraba el recuerdo de estos hermanos. Me imagino a Manolo Tonetti con su cara blanca y su inmensa ceja colorada, con aquella gracia, contándolo:
Dice que habí­a un peón que trabajaba picando piedra y cargando tochos y lo que le mandaran, que pasaba el dí­a en el tajo sudando, porque tení­a una familia que mantener viviendo en un chabolo. Y cada dí­a la mujer le mandaba a uno de los chiquillos con la tartera para que comiera en la obra. Fue un buen dí­a uno de sus chiquillos, pues, con una bolsita de esas de red y la tartera bien tapada dentro, a llevársela a su padre. Y andaba el crí­o, como corresponde a alguien de su edad, brincando por los montones de cascotes y resbalando por los de arena y cal, y haciendo el indio, arreándole unos tremendos meneos a la tartera. En estas que le ve el capataz en ese plan y le espeta:

-¡Niñoooo, ten cuidao, que te se va a derramar la salsa!
Y el niño, repentinamente serio, le contesta.
-Poooo… como no se le sarten la lágrima ar arenque…

Última oportunidad

El otro dí­a vi este letrero junto al puerto en Barcelona, de un chico que busca novia, me he decidido a ponerlo por si hay alguna interesada, ya que, como se puede ver, sólo quedaba un numerito por arrancar, se ve que el personal femenino anda ojo avizor con estas cosas y no se puede desechar ninguna ocasión. De nada.

Rafael de León

Hoy se cumplen veinticinco años de su muerte, según los cronistas era un triste y gris jueves madrileño, me enteré por casualidad, no he visto por ninguna parte referencias al hecho, ni homenajes. Seguramente uno de los mejores poetas del siglo, sin duda un hombre que llenó el aire de poesí­a con todos esos poemas que fueron letra de copla, y todas esas letras de copla que eran poemas, consiguiendo lo que casi nadie sabe hacer con una canción: que se pueda leer escrita sin sonrojo.
Ojalá haya por ahí­ alguien a quien sumarme en este pequeño homenaje a uno de mis poetas favoritos, a uno de los más auténticos, a un poeta a pie de calle.
Profecí­a