Corre, María (historias de refugiados)
Il dolce far niente
El dulce no hacer nada es mi pasión.
Yo podría pasarme todo el día
mirando cómo crece una sandía
sin perder un segundo de la acción.
Pero no actúo así por vocación,
me decidí por tal filosofía
cuando entendí que al fin era baldía
la tentativa de la perfección.
La gente viene y va como los locos,
todos con prisas, todos con sofocos,
sin servirles de nada ese trajín,
que los devora igual que comecocos.
Son figuras, mas de futbolín,
pero yo paso hasta de poner…
T. Galindo ©
La primavera, sí
Luce un millón de verdes la pradera,
y hace estallar en refulgente brillo,
estampido esmeralda y amarillo,
la primavera, sí, la primavera,
sorprendiendo incluso a quien la espera
como yo, que otra vez me maravillo
con la malva y el lirio y el tomillo
en su dócil contienda jardinera.
Qué batallón de hormigas, qué alboroto
de ranas y cigarras, y qué foto
las cigüeñas que me han sobrevolado.
Y en medio de este manso terremoto
yo me quedo mirando emocionado
cómo cagan las vacas en el prado.
T. Galindo ©