Ya es primavera en el Cortinglés (Poemas en oferta)

Mi prima Vera
Viene la primavera, mariposas,
vuelven las golondrinas,
nacen flores,
arrullan con sordina
los amores,
…y todas esas cosas.
Oh, la primavera, la sangre bulle.
(cualquier locura se le atribuye)
A los chicos les sale tanto grano…
Las chicas anticipan el verano
yertas de frí­o por ahí­ las ves,
tomando el sol de abril en una playa
y limpiándose los mocos con la toalla,
por culpa del Corte Inglés.
Viene la primavera. Todo pí­a,
trina, arrulla, suena, canta.
pese a la amenaza de la gota frí­a
y lo que es peor: semana santa.
Primavera, qué desbarajuste
Primavera, qué batiburrillo.
Si hay una estación que no me guste,
si el clima puede ser un embuste,
si tienes que vestir un mercadillo
de jerseises, blusas, bañador,
katiuskas, sandalias, chubasquero,
bufandas, calcetines y sombrero,
gafas de sol, visera, y bronceador.
Otro efecto secundario
de este mal del calendario:
cuánto ripio se compone.
Hay un brotar de poetas
que salen como las setas
desde todos los rincones.
Y todos loan a mayo,
y todos cantan a abril.
¡Pero qué gente más gil,
ojalá les parta un rayo!
Y luego los tortolitos
y claro, sus tortolitas,
que van haciendo manitas,
besándose los morritos,
siempre haciéndose arrumacos
y qué bonito es amar…
…y te seré siempre fiel…
¡a quién quieren engañar!
¡Salidos como verracos!
A ellas se les licua el
Que el amor primaveral
igual que una granizada
mete ruido, te hace mal
y luego se queda en nada.
¿La primavera es hermosa?
¡La primavera es un asco!
Y al que me diga otra cosa…
os prometo que le casco.
Tomás Galindo ®

Soneto culto


Ven que te mido el pecho, si contienes
catorce sí­labas en consonante
de pezón a pezón. Que en adelante
ritmaremos mejor nuestros vaivenes.
Te he de acariciar para que suenes
de manera proparoxitonante,
como poeta culto, pero amante,
tan a tus pies (anfí­bracos) me tienes.
Acaba el soneto, el haiku, la lira
Deja la poesí­a y hazme caso,
¿qué opinas del siguiente verso? mira:
vente a la cama, niña, échame un polvo.
Que San Juan de la Cruz desde el parnaso
seguro que te dice: «Ego te absolvo»
Tomás Galindo ®

Blázquez

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El ser un pastor de Cristo
Pese a ocasionar mil penas
también tiene cosas buenas…
¿y el glamour con que me visto?
Dónde se ha visto más charme,
que el púrpura cardenal…
y el anillo… no está mal.
No, yo no puedo quejarme.
Qué figura tan devota,
yo acabaré en camarlengo
con esta estampa que tengo
puesto así­ como la sota.
El hecho de ser curita
no entraña beligerancia
con finura y elegancia
al revés, la facilita.
Siempre fui el niño bonito
de la curia episcopal
dicen, y no dicen mal
que soy de un tacto exquisito.
Al servicio del Señor
no promoveré un infierno
a los miembros del gobierno
como el otro Monseñor,
con acosos y castigos,
pues yo soy de otro talante,
y de ahora en adelante…
Monse para los amigos.

Tomás Galindo ®

Ha ardido un poeta


ha ardido un poeta
venimos de enterrarlo
le hemos echado flores y estilográficas
aún no sé cómo fue le dio ese pronto
estaba arrebatado de nostalgias
y haciendo filigranas con el verbo
malabarismos con el concepto de no ser
y se encendió
como una cerilla con ruido de rascada
olor a azufre
tan serio
cogimos sus cenizas con cariño y las guardamos en una lata de leche condensada
y le hemos enterrado donde a él le gustarí­a
al pie del semáforo del cruce de Bellavista
allí­ estábamos rezando y contando chistes
qué lindo verlo encenderse y consumirse hecho fósforo
ya no mueren poetas así­ de puro gozo estético
yo me voy al figón con los amigos
a lavarme las manos con manteca y vino
a ver si se me quita esta impresión
de que hoy
huele a prisma
Tomás Galindo ®

PARTE DE Mí


Es este enceguecido compañero
que donde llego siempre está primero,
una suerte de amigo y adversario
que me hace renegar de su locura.
Malhaya aquel placer que me procura
volviéndome los sesos al contrario.

Yo que querrí­a ir cuerdo por la vida,
pasar por pensador y por sensato,
mas si me llama acudo sin recato
dejando mi razón comprometida;
hacerme el sordo fuera gran trabajo,
alto se le oye… para venir de abajo.

Parece chanza que algo tan pequeño
(aunque en mi caso relativamente)
aduerma la conciencia de la gente,
y por la fuerza bruta de su empeño,
en la vida del hombre y en su historia
tenga tanta potencia decisoria.

Algunas veces me parece que
doy en pensar con distinta cabeza.
A donde me encamino, me tropieza,
si tengo duda ¿me diréis qué haré?
¡Antes que mis sensatas intenciones
…lo que me salga de los pantalones!

De cuanto yo recelo, a ello se atreve,
y aunque admito que este hecho algunos dí­as
en vez de sinsabores dé alegrí­as,
cuando se mete por donde no debe…
me equivoca del camino correcto,
y ya no sé si voy bien por el recto.

Así­ pugnamos la parte y el todo,
aquello que planeo me lo barre,
cuando yo digo so, él dice arre,
y consigo quedarme siempre al modo
del gato del refrán en reincidente,
que se escalda y se escalda en agua hirviente.

Al hombre talentoso le hace esclavo
y duele ver el cómo un hombre sabio
rabie por esta cosa como rabio.
¿Se puede ser cabal de cabo a rabo?
Feliz es la mujer, pues no lo tiene,
por ello le confirmo que… no pene.
***T. Galindo®