Yo antes tenía cuarto de estar, ahora tengo pecera, o sea: habitación de los pecés. Las personas bienhablantes le llamaban sala, salita, o salón, depende, pero el común de las gentes, eso: cuarto de estar. En un principio, cuenta la historia, fue la hoguera, y la gente se reunía a su alrededor. A aquello se le llamó hogar, el lar de los latinos, el llar, la chimenea. La cocina era el punto de reunión de la familia, se ve que lo que unía a todos era llenar la andorga, y de paso charlaban sentaditos tras pasar un día de esfuerzo mayormente físico. A mayor civilización, menor preocupación por los asuntos estomacales, ya se diferenció el lugar donde se guisaba del sitio donde se comía el guiso y también donde se reunía la gente, primero a charlar, luego a que le dieran a uno la charla hecha, antes por la radio, y luego por la televisión. La tele pasó a ser la hoguera primigenia. Pero ahora el cuarto donde estoy ya no es el de comer o el de ver la tele, sino el del ordenador. No veo la hora de poder ponerme un mantelito delante del monitor con mi pizza y mi Coca-Cola.
Mmmmmmm… me da que no te lo van a permitir.
nastis, ya sabes, agüita fresca y lechuguita, quesesodelacocacolaylapizaporfavor!
¡Qué me vas a contar de cuartos-de-ordenador-comer-merendar-cenar-mirar-musarañas!!
Pues eso.
Oye, mira el enlace nuevo de mi blog, que ya no es Blogger ni Blogia. OK?
Beso fuerte.