El arte del amor nunca fue un arte,
nunca gozó de reglas ni de normas,
nunca supo el amor guardar las formas
ni fue de la honradez ningún baluarte.
Si el de la flecha atina a traspasarte
y no sabes qué hacer ¿dónde te informas?
No se doma con moldes ni con hormas,
ni puedes en amores doctorarte.
No se deja agarrar aunque te abrace,
ni le puedes huír sin que te cace
por más que aprendas a besar sus balas,
que amar es ejercicio kamikaze.
Con tanto mimo me cortó las alas
que cuanto sé de amor es por las malas.
Tomás Galindo ©