Sí, lo reconozco, no soy de los que van de aquí a la esquina para visitar una catedral o un monumento, pero para ver un árbol como este que hay en Lecina, en la oscense sierra de Guara, sí que voy gustoso. El zorrito fue una sorpresa con la que nos topamos a la salida, andaba cazando y no nos hizo ningún caso.