hay mujeres



hay mujeres que saben a balazo en la nuca
y otras a humedad o espanto
o las que te golpean las papilas
a dobles de ginebra madrugada
las hay que saben a croissant aún caliente
mujeres de menta y de limón
de miel y de canela
que te cuelgan al cuello
brazos de algodón de feria y coco
hay mujeres para ver al sol
y para amar al sol
de olores ligeramente vegetales
salpicadas de fuerza y de ternura
se adornan de rodajas de sandí­a
y cinchan su talle de espuma y de lavanda
estrenan claridad cada mañana
desprenden calor
y son sólidas
y hay mujeres nocturnas como helechos
de ojos nictálopes de acero
con algo como de humo impenetrable
y algo como en punta y como en nervio
mujeres prendidas a sus sombras chinescas
mujeres que devoran el minuto
mujeres que siempre te encuentran
vuelan en soledad
y nomadean ámbitos de hielo
son profundas y voraces
perdidas de deseo y muertas de ansia
de cuello blanco y frágil esqueleto
y labios que desmienten la mirada
provistas de fuegos imposibles
que te atan con lazos imposibles
en noches vividas para siempre
mujeres a quienes amar
por quienes morir
a las que recibir a besos y a balazos
a las que abrir las puertas
a las que ofrecer el hombro
a las que pedir consuelo
a las que besar el sexo
a las que amortajar llorando
mujeres donde fluyen las venas y los rí­os
mujeres polares meridianas
mujeres donde bastan los sentidos
mujeres donde sobra la palabra
mujeres donde empieza el futuro
mujeres heróicas y tiernas
mujeres donde concluyen las mujeres
que afortunadamente pueblan la tierra
gracias apenas a dios a manitú a quien sea
y principalmente
gracias a ellas mismas

Tomás Galindo ©

2 respuestas a «hay mujeres»

  1. Se me fué Mario, los ojos de niño más usados que conozco, haz el favor de hacer algo en su recuerdo, tú sí­ sabrás.

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