La guarderí­a de Silvia.


Ella era la Silvia la del tontico, luego el hijo, el tontico, era eso: el tontico; y el marido, y padre de inocente era el Juanito el de la Silvia. Se ve que el que menos pintaba en la familia era el varón. La Silvia la del tontico, que todo el mundo la llamaba así­ menos a la cara, claro, era una mujer de esas que salen movidas en las fotos, ya se lo decí­a su abnegada madre cuando aún era una crí­a.
-Ay, esta crí­a no para quieta un momento, parece que tenga azogue.
Ahora no se le llama azogue, ni baile de san Vito, no, ahora serí­a una niña hiperactiva y la llevarí­an al psicólogo. Antes con una torta de vez en cuando se suplí­a perfectamente. Silvia es grande y tirando a gorda, aunque, no hace tanto, era lo que se llama una jamona, una real hembra, una mujer de buen ver, hermosota, rubicunda, coloradota, de no haber tenido esa cara de pan habrí­a sido musa del gremio de la construcción en el barrio. El Juanito en cambio era bien poca cosa, de carnes escurridas, le llegaba a ella a la nariz y pesaba un par de arrobas menos. Seguramente lo del niño serí­a culpa de su fí­sico enfermizo y escuálido, y no de ella, una mujer tan sanota. La Silvia y el Juanito se pegaron la mar de años queriendo tener un hijo y sin conseguirlo. Qué tristes estaban. Los dos, eh, eso que quede claro, estaban tristes los dos, porque en eso, y en todo lo demás, eran un matrimonio muy unido. Ella mandaba y él decí­a amén, que también tiene su mérito. Fueron a médicos, que no les vieron nada de particular, hicieron novenas y rogativas, vigilaron la temperatura basal… (-¿Cuálo? -¡A ver si estaba caliente ella para preñarse, coño! -Ah, bueno, así­ sí­ se entiende.) Y cuando estaban pensando en ir a una piedra muy famosa que hay en Galicia, que dicen que si se tumba en ella la mujer, se queda, zas, que la rana dijo que sí­. Después de tantos años, qué contento en esa casa. Luego salió el niño tonto, vaya por dios, qué pena, pero ya ven, ellos lo llevan tan ricamente, no se puede decir que tuvieran un momento de tristeza o de arrepentimiento. Continuar leyendo «La guarderí­a de Silvia.»

Maestro


++PC+ yo asisto a clase
++PC el estudiar se lo dejo pal profesor q le ace mas falta
++PC xD
+@Sylviaa jajajajjjaaaaa
+@Sylviaa prepotente
+@Sylviaa como todos los jovenes
+@Sylviaa aissssssssssssss
++PC Sylviaa q verdad joe… q no tiene ni idea
++PC :\
+@Sylviaa es posible PC
+@Sylviaa de todo hay
++PC jeje
+Oz …es lógico
+@Sylviaa que eslogico OZ
+Oz estaba pensando, meditando
+Oz y sí­, es lógico lo que dice PC
+@Sylviaa si Oz lo es en muchos casos
+Oz al fin y al cabo, los alumnos han de saber más que el profesor
+Oz es lógico
+Oz no, en muchos casos no, siempre
+Oz si los alumnos supieran menos que el profesor… la ciencia serí­a cada vez menor en el mundo
+Oz irí­amos p’atrás
+Oz se desaprenderí­an cosas
+Oz cada vez sabrí­amos menos…
+Oz y es al revés
+Oz luego: el alumno sabe MÁS que el profesor
+Oz es lógico
+@Sylviaa pera oz
+@Sylviaa que me perdi
+Oz …es que es pa nota
+Oz filosofí­a profunda, vamos
+Oz dura