Sostengo que la verdad está sobrevalorada. Se la estima en exceso, cuando es virtud que da más problemas que beneficios. En cambio la mentira, ah, la mentira… esa calumniada, es el aceite que lubrica las relaciones humanas, y evita fricciones, calentamientos, sofocos. Ya el beaterío nacional admite usar de la mentira piadosa (vergonzante eufemismo) para esconder tras la máscara del hipócrita. Yo estoy tratando de recoger algunas de las expresiones que todos entendemos, aunque oigamos algo bien distinto de lo que realmente quieren decir:
-Es una mujer de mundo : Es un putón desorejao.
-Tiene un gran futuro en esta empresa : No le importa a quién pisotear.
-Es bueno : Es tonto Continuar leyendo «Defensa de la mentira»