Una boda con muchos humos


UNA BODA CON MUCHOS HUMOS
(Juguete cómico en un acto y un epí­logo)
por Oz

Reparto

Felipe (novio)
Doña Reparación (madrina)
Letikia Conca (novia)
Pichurri (parejita, chico)
Pastelito (parejita, chica)
Don Fadrique Conca (padrino)
Romerales (policí­a) y Doña Fina (abuela)
El Vespa (chorizo) y Don Vespasiano (abuelo)
Padre Manolito (cura)
Paquito (mónago)

Escenario: Es un jardincito con pared al fondo, se ven sillas, una mesa con algunos paquetes y cajas, se ha de dar impresión de que se guardan cosas para la celebración de la boda al otro lado de la pared, como sillas y mesas plegables. Hay macetas entre las candilejas y plantas y flores. Colgado de la pared, el incensario, de buen tamaño. En la pared hay un letrero de baldosines de colores que reza Villa Letikia

Acto Primero
Escena 1

El Vespa:
(Entra por la entrada de espectadores, corriendo que se las pela hacia el escenario y gritando) ¡Ay que me pilla, ay que me pilla el jodí­o madero! (Intenta sentarse entre dos personas, luego camuflarse de niño de pecho) Oiga, usté diga que soy su nene, señora (se sienta encima de un señor con bigote) Caray, si tiene más pelos en la cara que mi tí­a Justina. ¡Ay que destas me atrapa el Romerales, ay que me manda a Carabanchel con mi padre, y mis hermanos y mis tí­os y mis primos, y mi tí­a Justina! (sigue corriendo y sube al escenario) ¿Y dónde escondo el alijo? Porque como me coja con el material encima me manda a Carabanchel con mi padre, mis hermanos y mis tí­os ¡a ver si es ese ruido que oigo! (se oye un ruido por la entrada de espectadores) Qué bruto es, que frena contra los buzones. ¡Ay que me agarra, y me prometió ponerme las esposas de chica, que aprietan más! ¡Ay mi madre que en la cárcel de Yeserí­as esté ¡Ya sé! Voy a esconderlo en esta maceta aquí­ colgada, que no tiene plantas dentro y no la regarán. (por el incensario que está colgado en la pared) Debe ser de esas para plantas trepadoras, pero se les habrá muerto ¡Yo me las piro! ¡Agua! (sale por el foro)

Escena 2

Romerales:
(Con bigote, exhibiendo un pistolón tremendo y unas esposas, y con la estrella de sheriff en la solapa de la cazadora, a gritos a los espectadores) ¡Nadie se mueva! ¡A ver, que salga el Vespa de donde esté escondido o os llevo a tos a la comisarí­a! ¡Conmigo bromitas no, eh! (va inspeccionando las filas de espectadores y metiendo la pistola a los niños por la nariz) ¡A ver, usté, crí­o! (a un niño pequeño) ¿Usté no serás un cómplice del Vespa, verdad? ¿Usté no querrás que te lleve al calabozo, eh? A ver, por dónde se ha ido el Vespa, eh ¡canta! (espera a ver qué le dice el niño, y, diga lo que diga, prosigue) Este niño seguro que acaba mal, muy mal, con esa cara de malhechor no debe ser trigo limpio, no (volviéndose rápido amenazándolo con la pistola) ¡Mucho ojo conmigo, chaval, te tengo calao, eh, te tengo calao, y a mí­ el que se me mete entre ceja y ceja mucho ojo! (sigue y sube por el escenario) Seguro que se piensa esconderse entre los invitados a esta boda, seguro. ¡Pues no me se ha de escapar! ¡Como me llamo Romerales! (volviéndose amenazador de nuevo a los espectadores) ¡Y todos ustedes vosotros mucho ojito que os tengo calaos también, eh, ojito que me he quedao con vuestros caretos de tos ustedes! (Se mete la pistola en un bolsillo y se cierra la cazadora de golpe y a lo bestia, y claro, se atiza un pistolazo en sus partes) ¡Cagüen la parabelum esta! ¡esto con el naranjero no pasa! ¡Si es que son un peligro hasta sin disparar! (sale por el foro)

Escena 3

Entran Felipe y Doña Reparación, ambos de tiros largos, ella muy pintada y andando como si pisara huevos, él estirándose de la parte de la bragueta hacia abajo de vez en cuando.

Felipe:
Mamá, que es que me aprieta.

Doña Reparación:
Pero que te aprieta qué, Felipe, hijo.

Felipe:
(Estirándose los bajos del pantalón) De de (mirando a los espectadores como diciendo, de dónde va a ser) de la parte esta.

Doña Reparación:
Pero qué flojos sois los hombres, a mí­ me están matando los zapatos y ¿me ves tú quejarme?

Felipe:
Pero mamá, si no haces otra cosa desde que hemos salido de casa, quejarte. Y andas que pareces una pelí­cula de misterio (se pone a andar de puntillas como subrepticiamente) ¡Ay! (se vuelve a estirar) Me tira esto.

Doña Reparación:
¡Oye, niño, menos cachondeo con tu madre, y menos quejas, que si por ti hubiera sido te casas en vaqueros! (mirando alrededor) Claro que, bien mirado, no habrí­as desentonado con el escenario este ¡mira que hacer la boda en un corral, qué gente, hijo, qué gente! ¿Estás seguro de que quieres casarte? Aún puedes echarte atrás, nos volvemos a casita y tan frescos, que allí­ tenemos aire condicionao.

Felipe:
Corral no, mamá, jardí­n, es un jardí­n. Y por mucho que os empeñéis tú y mi futuro suegro, Letikia y yo pensamos casarnos.

Doña Reparación:
Pero qué jardí­n ni qué jardí­n, si esto era la vaquerí­a de los Conca, el padre de tu suegro, anda que no he venido yo veces a comprar leche aquí­. Bueno, muchas no, porque ya sabí­a to dios que le echaban agua a rí­os. Y no tení­an el letrero este con el nombre de tu novia, poní­a Casa Conca, leches. Pero los parroquianos llamaban a la vaquerí­a esta el Aconcagua, qué llanotes somos en este pueblo.

Felipe:
La boda es aquí­ detrás, en la pérgola, muy bonito, mamá, con un emparrado, ya verás.

Doña Reparación:
Sí­, ya veré, ya veré cómo nos devoran los mosquitos. Pero a quién se le ocurre una boda al aire libre, con estos calores. A mí­ me va a dar algo. ¡Pero en fin, qué no hará una madre por sus hijos! ¡Deja de estirarte que te lo vas a dar de sí­ y luego ya no te va a servir!

Felipe:
(escandalizado) ¡Mamá por dios!

Doña Reparación:
Sí­ hijo, que lo podrí­as llevar para la boda de tu primo dentro de dos meses.

Felipe:
Ah, bueno.

Entran el padre Manolito y Paquito el mónago.

Padre Manolito:
(A Paquito) ¡Qué calor, Paquito, qué calor, nos vamos a derretir con el traje de faena!

Paquito:
Vaya faena, padre Manolito, vaya faena.
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