Treinta corbatas


Treinta corbatas tengo, más alguna otra jubilada que yace en un amasijo de culebras de trapo, más cuatro soberbias, elegantes y originales pajaritas. Las he contado esta mañana, cuando me ha llamado la atención ver una de ellas, que habí­a caí­do en el montón de camisetas que son mi vestimenta habitual de diario. ¿Cuánto hace que no me pongo corbata? Antes vestí­a a menudo esta atávica prenda, y reconozco que me gusta hacerlo. Si algo me paro a mirar en un escaparate son las corbatas que, aunque tengan precios prohibitivos, siempre están al alcance de cualquier bolsillo, por algo son un accesorio modesto, pero muy decidor. Una corbata de categorí­a es algo que se nota a la legua, y que puede disimular una camisa (incluso una chaqueta, al decir de algunos) de medio pelo. Eso sí­, deberí­a estar prohibido regalar corbatas. La corbata es muy muy personal, desde luego, más personal que unos calzoncillos. Al fin y al cabo la corbata se enseña, y sirve de enseña de quien la porta. Puede parecer pijo o snob, pero la corbata y los zapatos son algo que denota enseguida su precio, como si llevasen la etiqueta colgando.
¿Es la corbata un adminí­culo que se pone la gente por estar obligada a ello en determinadas circunstancias solamente? ¿Pasará con ellas lo que pasó en su dí­a con los sombreros, que prácticamente desaparecieron? ¿Son sí­mbolo de estatus o manera de pensar de quien las lleva en vez de ser simplemente un adorno sin mayores pretensiones? ¿Están justificados los ataques desde multitud de lados a las corbatas? Yo me siento bien con corbata, natural. Cierto que no las llevarí­a de contí­nuo porque creo que no hay una corbata para cada momento, sino que hay momentos para corbata y otros que no. Pero me gustan. ¿Pasa algo o qué?

10 respuestas a «Treinta corbatas»

  1. Sin ser prenda barata
    y menos si es de seda
    hay que ver qué mona queda
    la corbata.
    No le pongas ni un pero
    porque no está acabado
    a mi siempre admirado
    sombrero.

  2. ummm a ti te quedan bien las corbatas , si.Tienes razón deberí­an prohibir regalarlas…

  3. Yo las empecé a usar menos desde que supe por qué se les llama «corbatas»: se parecen a unas prendas antiguamente usadas por soldados de la caballerí­a croata (a través del italiano «crovatta», según parece). Indumentaria militar, vamos.

    Un saludo

  4. ummmm…. y si dices que tienes tantas…¿¿ no tení­as otra mas bonita para mostrará
    bueno el siguiente paso puede ser que nos muestres la colección de gallumbos de popelí­n de seda… o tus calcetines de piqué…

  5. Oz….a mi, abrir el armario me refuerza en mi falta de identidad.

    Nunca sé de que voy disfrazada. Los trajes de ir a trabajar, son realmente de viuda. Si estoy en casa, parezco de atrezzo de los morancos. Si salgo una noche, el estilismo me lo hace Ferrero Roche….

    Y entre toda esa mugre….donde estoy yo….es mi pregunta eterna.

  6. Verdad que sí­? Me encantan los hombres con corbata. Me parece que con traje y corbata están más guapos que nunca… a otras les gustan los hombres de uniforme, ¿qué le vamos a hacer? A mí­ con corbata. ¡A ver si se le pega algo de tu gusto por esta prenda al mí­o! ¡Ay, qué cruz!

  7. Pues cuando además de la corbata o la pajarita se pone las gafas… dan ganas de decirle: Ea cariño, ahora nos quedamos en casa que te voy a contar unas cuantas cosas que sólo se cuentan en privado.

  8. OZ, conmigo estas muerto, yo no entiendo mucho de corbatas, asi que por mas que te pongas una carisima o con mucho estilo, es lo mismo para mi….claro si te pones una ridicula si me doy cuenta…tan tan tonta no soy! jajajaja

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