https://youtu.be/feMydxaugb0
y tú quieres hablar y la voz no te sale
las sábanas te ahogan y la muerte no vale
lo que cuesta la vida
y la herida cerrada se convierte en la herida
que desangra tu aliento
no hay herida pequeña no hay dolor incruento
si la vida se escapa gota a gota y sin gritos
alumbrando el recuerdo cicatrices de escritos
y tú quieres hablar y tienes la garganta
tan llena de pesares tan áspera con tanta
voz de golpe en un atolladero
que la sangre te hierve al fondo de un tintero
en el fondo del vaso encuentras las razones
y en las horas de espuma llenas de tiburones
pierdes las horas las posibilidades
el fruto del minuto la flor de las edades
se te quedó olvidado un amor pequeñito
el camino a la escuela tu libro favorito
a cambio de un vacío de lo más absoluto
el hombre del espejo desembolsa un tributo
qué firmes compromisos firma la sinrazón
de una libra de carne próxima al corazón
que el mercader exige
y te mientes acaso que el que vive no elige
y te olvidas y olvidas que has vivido una vida
en que tú fuiste tú sin frenarte una brida
preguntándote cuándo bajaste la pendiente
y sacaste carné de excombatiente
el saldo de tus días cayó en la bancarrota
porque nunca luchaste por miedo a la derrota
hoy en cambio te sabes aún más derrotado
que por haber perdido por no haberlo intentado
andas la madrugada con putas y poetas
esperando a que pase otra vez el cometa
pagas por que te digan la bienaventuranza
leyéndote en la mano una raya de esperanza
y así pegando tumbos y cayendo en los charcos
apretando los dientes vas quemando los barcos
confías como el mínimo y dulce Francisco
en convencer al lobo de no darte el mordisco
como si tú le hurtaras los ases al fullero
como si uno pudiera no pagar al barquero
las ilusiones son tan buena medicina
como cualquier dios de cualquiera doctrina
eso sí lo aprendiste el hacerte ilusiones
el opio de los libros y las televisiones
cualquier cosa que sirva para llenar la panza
y taponar los huecos que deja la añoranza
y querías hablar y al cabo te das cuenta
de que tu voz también la tenías en venta
que no tienes discurso que tienes todo dicho
era tan poca cosa que te viene ancho el nicho
vestirás un cadáver de exquisita elegancia
y dejarás un rastro de ninguna sustancia
Tomás Galindo ©